
KARPIN FAUNA
centro de acogida para animales silvestres
El tráfico ilegal de especies, la caza furtiva, el abandono masivo de mascotas… Son algunas de las principales causas por las cuales los animales del Karpin están destinados a pasar el resto de sus días dentro de un recinto.
Este centro dedica sus mayores esfuerzos para que los inquilinos pasen su estancia de la mejor manera posible. Además proporciona un espacio dedicado a la concienciación sobre estas prácticas ilegales y altamente peligrosas para el medio ambiente, desde los más pequeños hasta los más mayores.

“Si no hubiera un sitio donde se recogieran estos animales, la mayoría de ellos acabarían en la calle, lo que supondría un gran problema medioambiental que, de hecho, está ocurriendo”, comenta Pedro Abad, director del centro.

La labor principal del Karpin es la acogida de especies, no la recuperación de animales, ya que para esto están los centros de recuperación, de donde proceden muchos de los animales alojados en el parque.
Estos centros tratan de lograr la rehabilitación total del animal y, una vez que está en condiciones, se les plantean tres opciones: soltarlo, trasladarlo a un centro de acogida o sacrificarlo. En caso de que liberarlo no sea posible debido a sus condiciones físicas o psicológicas, se optará por el traslado. Esta es la labor del Karpin, acoger a los animales cuya única otra opción sería ser sacrificados, ya que ponerlos en libertad supondría una muerte lenta y mucho más sufrimiento.
Este es otro de los problemas que se experimenta en el mundo de la labor por los animales; la escasez de medios destinados a la solución del problema.
No existen suficientes centros de acogida en nuestro país que puedan hacer frente a todos los casos de decomiso. Esta es una realidad a la que hacen frente las asociaciones de este tipo que, en muchas ocasiones, se ven desbordadas y no son capaces de afrontar la cantidad de peticiones que les llegan, bien por centros de recuperación o por casos de interceptación en fronteras por tráfico ilegal.
“Hay muchos animales que están decomisados, que son ilegales, en casa de sus propios dueños”, afirma Pedro Abad.
“La diferencia con un zoológico es básicamente filosófica”, menciona Pedro Abad. Y es que el Karpin también emplea el mecanismo de exhibición de los animales donde se cobra una entrada a los visitantes, pero la diferencia, a parte de en la procedencia de las especies está en la ética a la hora de la reproducción. En este centro todos los ejemplares son esterilizados para evitar la cría. Y es que sería contraproducente a la labor de rescate de animales si se le añade el trabajo de la cría de más ejemplares.

“No es ético reproducir animales en cautividad para condenarlos a vivir en cautividad por el simple hecho de que la gente los vea”, afirma Pedro Abad
Muchos de los animales que residen actualmente en el Karpin sufren mutilaciones tales como falta de alguna extremidad por los cepos (que son ilegales), o aves rapaces con una de las alas amputadas o sin un ojo debido a disparos de cazadores o choques con tendidos eléctricos.
El centro emplea todas sus herramientas para mostrar al público la realidad que viven hoy en día estos animales. Y utilizan de escaparate a los mismos, ya que son el ejemplo más claro y el mejor medio para llegar a las personas.

